Hoy le toca el turno a la mostaza y como anteriormente hablamos de sal, vinagre y aceite…pues remataremos con una sencilla receta de vinagreta, para inaugurar la sección de recetas y así, a partir de ahora, iremos colgando recetas semanalmente, para darle más vidilla al blog.
Podemos comprar la mostaza en semillas o en pasta, pues esta última no es más que el resultado de la mezcla de esas mismas semillas, enteras o molidas, con vinagre o vino, aceite, sal y algún otro ingrediente, como la pimienta verde o el estragón, por poner sólo un ejemplo.
Vamos a utilizar mostaza no sólo para condimentar. Podemos cocinar infinidad de platos con ella, sobre todo guisos y asados de carne – el cerdo y el conejo quedan sencillamente espectaculares guisados así, y pescados grasos, como el salmón. La receta preferida de mi hija es el salmón al horno con mostaza, miel, limón y, como decía ella de pequeña, césped (eneldo).
La más conocida es la de Dijon ya que, si bien griegos y romanos usaban sus semillas molidas, fue en Francia donde se inventaron la famosa receta tal y como la conocemos hoy.
¿Las variedades? Pues casi podríamos dar la vuelta al mundo como nos pasaba con el universo salino del post anterior…
Basta darse una vuelta por el supermercado e ir probando para encontrar nuestra favorita, según el grado de intensidad que más nos guste.
Los amantes de las emociones fuertes estarán encantados con la mostaza inglesa Colman´s (podéis comprarla en polvo o en pasta). Por el contrario, a los que no les gusten los sabores intensos, disfrutarán con las mostazas dulces, muy del gusto aleman y americano.
Personalmente, en casa, hay dos variedades que no faltan, una de Dijon en pasta o a la antigua, con las semillas enteras y, por pura tradición familiar, la Louit, de color pardo y un toque de estragón; de sabor punzante pero no picante.
¿Habéis elegido ya vuestra preferida? ¡Pues vamos a por la vinagreta!
VINAGRETA BÁSICA:
Como norma, a la hora de elaborar una vinagreta, respetaremos la proporción de 3 partes de aceite por 1 de ácido (puede ser vinagre o limón).
- 1 cucharada sopera de mostaza de Dijon (o nuestra variedad preferida)
- 1 cucharada sopera de vinagre de Jerez
- 1 cucharadita postre de zumo de limón
- 6 cucharadas soperas aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta.
En un cuenco mezclamos la mostaza con el resto de los ingredientes excepto el aceite. Mezclamos con un tenedor o unas varillas y vamos añadiendo el aceite poco a poco sin dejar de remover, para que vaya emulsionando hasta obtener una salsa cremosa.
Hay otra manera de hacerla, menos tradicional, pero muy práctica.
Desde que ví a Jamie Oliver hacer así sus vinagretas, doblo cantidades y la conservo en la nevera. Él mete todos los ingredientes en un bote de cristal con tapa, le mete dos meneos hasta que emulsiona y…. ¡ya está!. Un poco a lo bruto, sí, pero no me negaréis que es súper rápido y sobre todo, práctico.
Hoy toca …ensalada con una buena vinagreta…
Hola Paula,
Gracias por el comentario.
Una ensalada diaria, con un toque diferente cada día.
Así salimos del sota, caballo y rey a la vez que llevamos una alimentación equilibrada.