¿Qué tal van esas despensas? Poco animadas de momento…. Vamos a seguir llenándolas y al final de este post ya podremos aliñar nuestra ensalada, porque hoy hablaré de vinagre.
El vinagre es el condimento líquido resultante del proceso de fermentación de un alcohol, generalmente vino (de hecho cuando un vino está pasado decimos que está picado o avinagrado) aunque existen otras variedades como el de manzana/sidra, de arroz, malta o de caña de azúcar.
Recomiendo tener siempre en casa uno de vino común, más económico, otro de Jerez y otro balsámico, de la mejor calidad que podamos permitirnos.
- El vinagre de vino nos servirá además de para aliñar, cocinar y macerar alimentos, para infinidad de trucos caseros, como limpiar suelos de madera, dar brillo al cabello y protegerlo de posibles parásitos e incluso añadido a la lavadora al comienzo del aclarado, como suavizante natural ecológico (sin que la ropa quede con tufo a vinagre, os lo aseguro). Vamos, que es el multiusos estrella de nuestra despensa. Con el también podremos elaborar vinagres aromatizados en casa, dejando romero o estragón en un litro de vinagre durante un mes.
- Vinagre de Jerez, para ensaladas, vinagretas, escabeches y adobos, por poner sólo unos ejemplos. Una joyita de la gastronomía española si es de calidad. Insisto en que sea de la mejor calidad que podáis permitiros, la diferencia se nota y mucho. Probar a echar un poco de vinagre de jerez a un plato de fresas cortadas al que le hayáis añadido una cucharita de azúcar a ver que os parece. Aviso, son adictivas…
- Vinagre/aceto balsámico: El auténtico es de color muy oscuro y de sabor algo dulzón. Ha envejecido durante un largo periodo de tiempo en barrica. Por tanto, es un producto caro y, sinceramente, escaso. Con esto quiero decir que no es oro todo lo que reluce en las estanterías. Del tiempo que haya pasado en tonel dependerá el precio.
Estos son los tres magníficos, yo además tengo siempre vinagre de arroz, básico si sois aficionados a la cocina oriental y vinagre con aroma de frambuesa (para el gazpacho de fresones, a ver si suben las temperaturas y cuelgo la receta, que con estos fríos, como que no apetece mucho).
Respecto a las cremas de balsámico que hay en el mercado y que parecen haber invadido las estanterías de los supermercados, una no es muy aficionada, la verdad, muchas de ellas son jarabes, aunque hay algunas cuyo contenido en vinagre al menos es del 50%.
Ya tenemos estos dos ingredientes. Vamos a dar alegría a nuestra ensalada en tres pasos, atención al orden: un poquito de sal (en el siguiente post hablaremos de ella), un chorretón de buen vinagre y rematamos la faena con nuestro mejor aceite de oliva virgen extra. ¡¡¡Que aproveche!!!