Ácido hialurónico, engañamos al tiempo

Es la gran revolución, seguro que habéis oído hablar de él, y si no es así, no os perdáis detalle.

Hablamos del Ácido Hialurónico, que desde esta última década debe su popularidad al protagonismo absoluto que le ha dado su cualidad de relleno de arrugas. Pero, en realidad, sus beneficios van más allá.

Su gran efectividad viene dada como consecuencia de cadenas largas de moléculas de azúcar que se encuentran a lo largo de todo el cuerpo, principalmente en las mucosidades y el líquido alrededor de las articulaciones, y que constituyen la sustancia fundamental de la epidermis, siendo responsable en gran medida del poder hidratante de la piel.

Es ley de vida, a la vez que envejecemos, el ácido hialurónico disminuye. Y, como consecuencia, deja de conservar el agua en la misma cantidad que lo hacía antes y empieza a perder hidratación.

Las cremas hidratantes con ácido hialurónico nos ayudan a mantener la hidratación de la piel, pero sólo son útiles para disminuir arrugas, signos de expresión y aportar firmeza… Es decir, en términos referidos exclusivamente a la piel.

Pero, como ya he dicho al principio de este post, el ácido hialurónico tiene más beneficios, ¡muchos más!

Por ejemplo, lo podemos tomar a través de cápsulas y pastillas cuyas propiedades ayudan a tratar problemas de reuma, articulaciones o visión y, de rebote, notar los efectos en nuestra piel. También se utiliza para reducir cicatrices producidas por el acné severo u otros problemas cutáneos, como los del cuero capilar, ya que con el paso del tiempo el cabello pierde densidad y se vuelve mucho más delicado, debilitándose.

Existen una serie de alimentos que por su composición son capaces de estimular la formación de ácido hialurónico en nuestro organismo de manera natural, aportándole un extra de hidratación.

Lanzaros a preparar platos que contengan patatas, brócoli, coles de Bruselas o soja y tomar frutas como el plátano, el melón, las peras, la papaya, el mango o el aguacate. Lo importante es que cuenten en su composición con fitoestrogenos, magnesio o vitamina c.

Si nos centramos en campos más relacionados con la salud, podemos destacar su utilización en tratamientos de ojos, encías o, incluso, para curar llagas de la boca, ¡entre otras cosas! Los tratamientos estéticos de Ácido Hialurónico a través de inyecciones son el gran competidor del botox actualmente, y en mesoterapia, por poner otro caso, se utiliza para estimular la hidratación de la piel.

Si os preocupa la fiabilidad, podéis estar tranquilos, se han tratado en los últimos veinte años más de 30 millones de pacientes en ramas que van desde la cirugía ocular, a la cosmética diaria y operaciones estéticas.

Todo un descubrimiento esto del ácido hialurónico. Ahora os toca probarlo y comprobarlo. Yo, como veis en la foto, ya lo he hecho en forma de serum para la cara.